VIRGINIA MORAGA
 

Chilena de nacimiento, Teatrera de Profesión, universitaria de formación. Mi carrera artística comenzó cuando era muy pequeña, y aunque mis aptitudes matemáticas y científicas apuntaban a que podría ser una Ingeniera o arquitecta, le di el disgusto a mis padres de ser una mujer de teatro...

La carrera de dirección teatral allá en los 90's no existía. Chile estaba recién saliendo de la dictadura, y la carrera de teatro estaba vetada así como todas las artes, por considerarse "influenciadoras de pensamiento", toda acción artística estaba bajo el ojo de la censura y tenía que pasar el filtro militar. Por lo que, elegir esta carrera, era una forma de insubordinación, si no estabas dispuesto a someterte a ése yugo. 
Entre los años 1994 y 1999 (tanto en mis vacaciones de verano como de invierno) fui misionera y estuve haciendo teatro callejero en aldeas de la selva ecuatoriana, el altiplano peruano, y en las calles de los barrios marginales de Santiago de Chile. Comunicando esperanza, capacidad de asombro, justicia e igualdad: palabras que poco se escuchan entre los colectivos menos favorecidos y donde conocí a las personas más nobles de toda mi vida.
Entre 1996 -1999 conocí el área de la producción teatral, trabajando primero como actriz y vestuarista en  General Product,  una productora de Eventos Corporativos multitudinarios de fin de año para grandes empresas: Espectáculos de gran formato  que incluían cabezudos, baile interactivo, batucadas, castillos inflables, teatro infantil, monitores deportivos, etc. dirigidos a las familias de sus empleados (con un aforo aproximado de cinco mil personas) realizando giras en Diciembre por todo el país.

En mi segunda etapa con la productora, me ascendieron a asistente de producción, etapa en la que ampliamos las actividades al resto del año, llevando teatro a los centro educativos de Santiago de Chile, coordinando desde los artistas teatrales, la venta de entradas, el contacto con los centros educativos, hasta los autobuses y la ubicación de los niños y niñas en sus butacas.

En el año 2000, comienza mi etapa más experimental en el teatro: la del pequeño formato. Intimista; micro teatral. Desarrollando la obra de Anne Rice y sus crónicas vampíricas, nos esforzábamos en  provocar sensaciones al público de incomodidad y miedo. Realizando actuaciones en escenarios tan intimidantes como las catacumbas de un hospital abandonado, un convento, el salón de una casa señorial a oscuras,  o el salón de un piso en el centro de la capital. 

Entre 2001 y 2004, viví mi experiencia como Licenciada de Artes, trabajando esta vez como maestra en colegios del norte de Chile, en la ciudad de Copiapó. Me desarrollé como tutora y maestra de artes en el Colegio Almenar y Estuve trabajando como profesora de teatro en el Liceo de Música y en el colegio Bernardo O´Higgins con grupos de adolescentes de la Eso.
En 2004, mi vida dio un giro inesperado. El corazón me trajo de vacaciones a Huelva - Andalucía, y al final me casé y me quedé.

Durante mi estancia en esta tierra (2005 -2021) he incursionado en el mundo del emprendimiento, en  varios proyectos:

2006 -2009 Escuela de Teatro y Productora de Eventos, donde estuve a cargo de formar a mi propio equipo de trabajo además de crear espectáculos, eventos y talleres como: Talleres de Fomento a la Lectura, Inauguración de la Plaza de las Monjas, Parque Moret, Circuitos de Teatro Escolar, Obras de teatro, Actos de reciclaje, Cuenta cuentos, etc. para empresas,  asociaciones y entidades públicas (Ayuntamiento de Huelva, Diputación, Junta de Andalucía) y privadas (Puerto de Huelva, Fecons, etc.)

En 2010 otro giro inesperado me llevó de vuelta Chile, por la enfermedad de mis padres. Allí estuve hasta 2013, cuidando de ellos hasta que mi padre falleció.

En 2013 volví a España ahora siendo madre de un niño de 5 años y una niña de 8 meses. Vivir de las artes y del teatro fue una decisión muy dura. España había cambiado... después de la crisis del 2008, la cultura pasó a ser el último eslabón de los intereses de quienes financian nuestra sociedad, por lo que hubo que reinventar las alianzas, y también tuve que reinventarme a mí misma.
En 2014 conocí el asociacionismo. Un mundo lleno de personas que se unen por un tema en común: las artes, la música, etc. En éste mundo me he desarrollado los último ocho años. He trabajado y colaborado con distintas asociaciones, ONG´s, fundaciones, etc. con la clara misión del fomento de la cultura y las artes, acercándolas allá donde faltan las oportunidades (casi retomando esa vocación misionera de mi juventud): haciendo conciertos en las plazas de los barrios, llevando el fomento de la lectura mediante el teatro a toda la provincia, con mensajes de: tolerancia, igualdad, colaboración, justicia, integración, solidaridad, mediante cuenta cuentos interactivos, donde niños y niñas podían representar in situ a los personajes del cuento, disfrazándose, e interactuando para quedarse con la experiencia en el cuerpo el resto de sus vidas.

EN 2020 otro giro inesperado, ahora no solo para mi, sino para el mundo entero...  ya no pudimos estar todos juntos... ya todo era virtual...
Por eso hoy, después de mucha investigación, estoy en proceso de levantar un nuevo proyecto, que me permita llegar allá donde estás tú, con la magia de las marionetas. Crear un recurso educativo, ecológico y sostenible, que ponga en valor la artesanía y las artes escénicas como método de enseñanza, en zonas sin actividades culturales, apartadas del centro urbano.    

Actualmente, vivo un nueva experiencia como presidenta de una asociación de mujeres AMAYAS desarrollando exposiciones para la visualización del trabajo de la mujer artista y artesana en Huelva Capital, con la intención de dar un paso más hacia la democratización de las artes en igualdad.